El poder de la comunidad: cómo encontrar conexión cuando viajas sola
7 recordatorios para crear comunidad donde estés
Llevo las últimas semanas trabajando en un proyecto en un lugar donde no conozco a nadie. Estos días me han llevado a pasar mucho tiempo a solas. Es un momento en la vida donde siento que estoy viviendo vidas paralelas: una junto a mi pareja y mi perro (que lo extraño demasiado), y otra en este nuevo espacio, donde me encuentro a mí misma en horas de silencio, aprendiendo a escucharme y a preguntarme: ¿y ahora qué hago con tanto tiempo?
Esta no es la primera vez que me voy por meses. Hace unos años estuve viajando por casi seis meses. Al inicio de este año también me fui sola a trabajar en Ciudad de México por casi un mes. Hay una parte de mí que siempre ha amado esta vida nómada, aunque ahora siento un pull bien grande que me pide enraizar.
Algo que me ha enseñado cada uno de estos procesos es a estar cómoda conmigo misma. A honrar esos momentos a solas, a amar el silencio y a conectar con personas donde quiera que esté. Crear comunidad es clave para sobrevivir esos momentos de transición. Lo hermoso es que no importa si viajas por el mundo o si sigues en el mismo lugar de siempre, estos tips te pueden ayudar a crear nuevas amistades.
La práctica de abrirte a los demás cambia la forma en la que habitas un lugar.
Aquí te comparto algunos recordatorios que me han acompañado en este proceso:
1. Investiga antes de llegar.
Lo que a ti te gusta hacer, alguien ya lo está haciendo en ese lugar. En mi caso los estudios de yoga son esos lugares anclas donde encuentro conexión alrededor del mundo, aún si llevo meses sin practicar. Siempre que puedo, encuentro un estudio donde practicar y conectar con otros profes y estudiantes. Busca grupos en redes sociales, eventos culturales o actividades que te interesen, incluso antes de llegar.
2. Escoge tu hospedaje con intención.
Un hostal, un Airbnb con áreas comunes o en una comunidad donde hay mucho para hacer o un co-living pueden abrirte puertas a conversaciones inesperadas. La comunidad empieza en los espacios donde compartimos lo cotidiano: el café de la mañana, cocinar juntos o simplemente coincidir en la sala.
3. Únete a tours y actividades.
Walking tours, clases de cocina o recorridos históricos son excusas perfectas para conocer gente que también está explorando el lugar. Yo aún recuerdo amistades que nacieron en un walking tour y que me acompañaron muchos días más durante el viaje.
4. Usa aplicaciones como aliadas.
Meetup, Couchsurfing, Bumble BFF o Airbnb Experiences son herramientas para entrar a círculos de personas que, igual que tú, buscan conexión. Las de dating también me funcionaron en su momento y las recomiendo para esas experiencias.
5. Da el primer paso.
Una de las cosas más valiosas que he aprendido es atreverme a iniciar la conversación. Pregunta, comparte, sé vulnerable. A veces basta con un “¿Qué lugar me recomiendas aquí?” o “¿Cual es tu restaurante favorito?” para abrir un mundo nuevo. La mayoría de las personas están dispuestas a ayudar a alguien nuevo. Añade cada lugar en un folder de Google maps para que continúes explorando.
6. Toma clases o talleres.
Desde un idioma hasta un baile típico, aprender algo nuevo no solo enriquece tu viaje, también te conecta con personas que están en la misma búsqueda. Pienso en Sarah, mi mejor amiga cuando me mudé a Beirut: nos conocimos en una clase de fotografía. O en Ella, a quien conocí en un taller de yoga mientras vivía en Copenhagen y luego me invitó a compartir con sus amistades. Estas personas hicieron mi estadía inolvidable.
7. Atrévete a ir sola a eventos.
Conciertos, ferias o noches de música local. A veces la magia está en permitirte ir sin ninguna expectativa.
Lo más importante es mantenerte con una actitud abierta. La vulnerabilidad conecta. La curiosidad une. Y las diferencias culturales nos enseñan a escuchar y a crecer.
Y aunque encontrar comunidad en el camino es un regalo, también he descubierto que la verdadera razón de viajar sola es conectar contigo misma. Conocerte mejor. Regalarte tiempo. No son muchos los momentos en la vida en que realmente tenemos esos espacios de tiempo para simplemente estar con con nosotras mismas.
Las personas que llegan a tu vida en el proceso son un plus, un reflejo de por lo que estas internamente pasando. Pero a fin de cuentas, el mayor regalo es ese espacio de intimidad contigo misma, donde aprendes a habitarte de nuevas maneras.
Ahora cuéntame: ¿qué piensas de viajar sola?
¿Algún tip que añadirías?
¿Te atreverías a intentarlo?
✨ Si este escrito te tocó, compártelo con alguien que necesite un recordatorio de que no estamos solas. Para seguir conectadas y recibir más reflexiones como esta, suscríbete a Un respiro a la vez: unrespiroalavez.com.