Lo que me salvó fue respirar
Despertar a las 3 de la mañana pensando que estás teniendo un ataque al corazón no es algo que le desearía a nadie.
Recuerdo una madrugada estando sola en mi apartamentito en los altos de Poblado, Medellin. El silencio del lugar contrastaba con el ruido de mi mente. Mi corazón latía a millón y los pensamientos se acumulaban uno tras otro.
¿Te ha pasado? El corazón a millón y esa sensación de no entender qué le está pasando a tu cuerpo, de sentir que algo ocurre, pero al mismo tiempo sigues ahí, sintiendo todo.
En medio de la oscuridad me preguntaba: “Si realmente es un ataque al corazón, ¿cómo es que sigo consciente?”
Cerraba los ojos, tratando de enfocarme únicamente en inhalar y exhalar.
Siempre era difícil al principio, pero me salía natural hacerlo. Contar las respiraciones —1,2,3,4… luego 4,3,2,1— parecía una eternidad.
A veces mi mente pensaba que habían pasado horas, pero en realidad solo eran minutos.
Poco a poco, con la respiración, mi corazón iba bajando su ritmo. Me acurrucaba en el piso frío de mi apartamento, porque para ese momento la cama ya no me funcionaba y el contacto con el suelo frío me ayudaba a sentirme mejor, a enraizarme. Ahí esperaba a que llegara la mañana.
Con el tiempo entendí que no podía seguir viviendo así, esperando a que la ansiedad me sorprendiera en cualquier momento. Aprendí que había maneras de prepararme antes de que esos ataques aparecieran.
Y una de las herramientas más poderosas que descubrí fue la que me llegó intuitivamente: la respiración.
Lo curioso es que la respiración consciente a veces puede sentirse muy parecida a un ataque de ansiedad: el corazón acelera, el cuerpo se activa, la energía se mueve. Pero al hacerlo de manera intencional y guiada, todo cambia. En vez de sentirme atrapada en el miedo, yo tenía el control. Podía sostener esas emociones y, al mismo tiempo, liberar la energía de ansiedad que antes quedaba estancada en mi cuerpo.
Y ese control lo cambia todo.
Hoy quiero invitarte a conectar con esa misma respiración que tanto me ayuda en esos momentos.
El próximo domingo 21 de septiembre estaré facilitando un taller de Breathwork online, un espacio seguro para que explores cómo tu propia respiración puede convertirse en tu herramienta más poderosa para calmar la mente, liberar lo que pesa y reconectar contigo.
Fue una de las formas en que aprendí a controlar mi ansiedad y mis ataques de pánico, y me encantaría compartirlo contigo.
✨ Respira. Suelta. Reconéctate.
Te espero.